EL PRÓXIMO CAMINO
La facultad psíquica, especialmente entre los niños, es cada día más frecuente; a medida que sea gradualmente aceptada y cese de ser una "rareza", es muy probable que se extienda e intensifique. Así, por ejemplo, se han publicado libros que son ampliamente leídos, que tratan de los espíritus de la naturaleza, o hadas, ilustrándolos hasta con fotografías de estas criaturas aéreas y del trabajo de las mismas en la economía de la naturaleza. Además, un investigador imparcial no tendrá dificultad en encontrar jóvenes y ancianos que ven frecuentemente hadas trabajando y jugando, lo mismo que otras entidades y fenómenos del mundo astral.
Por otra parte, la gran difusión que ha tenido el espiritismo ha hecho el mundo astral y los fenómenos del mismo objetivamente reales, y los ha dado a conocer a muchos millones en todas partes del globo. La ciencia física, con sus iones y electrones, se encuentra en el umbral del mundo astral; mientras las investigaciones de Einstein y otros hacen rápidamente aceptable el concepto de la cuarta dimensión, la cual es conocida desde hace tiempo por los estudiantes del mundo astral.
En la esfera de la psicología, los métodos analíticos modernos prometen revelar la verdadera naturaleza de, por lo menos, la fracción inferior del mecanismo psíquico del hombre, confirmando de paso algunas de las afirmaciones y enseñanzas adelantadas en los antiguos libros orientales y por los teósofos y ocultistas del tiempo presente. Así, por ejemplo, un bien conocido escritor de obras sobre psicología y psicoanálisis explicó no hace mucho al compilador de esta obra que, en su concepto, el "complejo" es idéntico al "skandhara" del sistema budista, mientras que otro psicólogo de reputación mundial dijo a un amigo de quien esto escribe que sus investigaciones psicológicas, no psíquicas, lo habían llevado irresistiblemente a aceptar el hecho de la reencarnación.
Estas son algunas de las indicaciones de que los métodos de la ciencia occidental ortodoxa conducen a los mismos resultados conocidos desde edades en ciertas partes de Oriente, y que han sido redescubiertos durante el último medio siglo por un pequeño grupo de estudiantes que, guiados por las enseñanzas orientales, han desarrollado en sí mismos las facultades necesarias para la observación e investigación directa del mundo astral y de los superiores a éste.
No es necesario decir que la aceptación por parte del mundo, en general, de la existencia del plano astral y de los fenómenos del mismo (lo cual no ha de tardar mucho tiempo) ensanchará y profundizará inevitable y extraordinariamente el concepto del hombre sobre sí mismo y sobre su destino; a la vez que revolucionará su actitud hacia el mundo externo, y hacia los otros reinos de la naturaleza, tanto visibles como invisibles físicamente. Una vez que el hombre consiga establecer, a su propia satisfacción, la realidad del plano astral, se verá compelido a reorientarse y a fijarse una nueva serie de valores, con respecto a los factores que afectan su vida y determinan sus actividades.
Más pronto o más tarde, pero inevitablemente, el amplio concepto de que las cosas meramente físicas desempeñan parte muy pequeña en la vida del Alma y del Espíritu humanos, y que el hombre es esencialmente un ser espiritual, que manifiesta sus poderes latentes con la ayuda de varios vehículos, físico, astral y otro que de tiempo en tiempo asume, desplazará a todos los demás puntos de vista e inducirá a los hombres a reorientar completamente sus vidas.
La comprensión de su verdadera naturaleza, del hecho de que vida tras vida en la tierra, con intervalos pasados en otros mundos más sutiles, va evolucionando y haciéndose más espiritual, lleva, lógica e inevitablemente, al hombre a darse cuenta de que, en cuanto la decida, puede cesar de entretenerse en la vida y de dejarse llevar por la ancha corriente evolutiva y, en cambio, tomar el timón de su bajel en el que navega en el viaje de la vida. Gracias a su comprensión de las cosas, y en virtud de sus posibilidades inherentes, entrará en la nueva etapa en que llegará al “antiguo y estrecho”. Sendero, donde encontrará a Aquéllos que, adelantándose a sus semejantes, han alcanzado a la cumbre del desenvolvimiento puramente humano.
Ellos están ansiosos, aunque con paciencia ilimitada, esperando que Sus hermanos más jóvenes abandonen la vida mundana ordinaria, y entren en la vida superior en la que, con Su guía unida a Su compasión y poder, los hombres se elevan a las estupendas alturas de espiritualidad, que Ellos han alcanzado, y se convierten, a su vez, en Salvadores y Auxiliares de la humanidad, acelerando así el desenvolvimiento del gran Plan de la evolución hacia su meta.
Tomado del Libro "EL CUERPO ASTRAL Y OTROS FENÓMENOS CELESTES" de ARTHUR POWELL Traducción de Francisco Brualla
Comentarios